Parashat Toldot 06-5768

Parasháh: B’reshit 25:19-28:9
Haftaráh: Malaji (Malaquías) 1:1-2:7
Brit HaDashah: Romanos 9:6-16; Israelitas Mesiánicos (Hebreos) 11:20; 12:14-17

Uno de los temas de esta parashah es con respecto a que una vez más una de nuestras matriarcas es estéril. Para lo cual leemos que Ytzjak también como su esposa accede a orar para que ella salga en estado. Aparentemente esto es así, pero hay una realidad muy diferente en el texto hebreo.

El texto en hebreo que leemos en la parashah es Vayetar (imploró) y no oró en el verso 21. Entendemos que lo hace frente a su mujer, Rivka y que, como dice el texto hebreo, ella oraba también. Ahora bien, ella oraba y el imploraba a Hashem.

La actitud de ella era no darse por muerta, es decir, no tener la condición de estéril, pues una mujer que no da hijos es considerada muerte según las Escrituras, así que ella pide por ella misma. Pero la acción de su esposo, no sólo por ser varón, cabeza del hogar, sino además ejercer el «sacerdocio» de alguna forma a Hashem, ora con una intención más profunda que la de su esposa. Aunque se entiende que él también pide por que ella quede embarazada, lo hace para que él pueda tener descendencia y que esta descendencia conozca la justicia de Hashem y pueda seguir llevando Torah «genéticamente» consigo. Esto se deduce no sólo de la expresión Vayetar, sino de que la actitud de un tzadik (un justo, alguien que guarda estrictamente la Torah), no podía ser otra sino esa.

El tzadik no piensa en si mismo. hay personas que señalan y dicen que algo les ha ofendido, pero no se percatan o no les importa si el problema o el comentario, puede afectar a otros más que a él. Realmente no le importa. Si hay algo que puede afectar a la comunidad a la que pertenece, en realidad no le importa si por encima de ello le afecta a esa persona. Aunque el tema o el problema puede ser lo suficientemente grave como para que afecte a otros, sólo se percata de lo ofensivo o lo malo que ha sido «solo para él».

El tzadik, piensa de otra forma. Primero en el prójimo, luego en la comunidad y posiblemente luego se percate que él también ha sido afectado.

Pero hay algo más profundo que está presente en estos versos y que son parte de leyes universales y espirituales. Me recuerda el verso que Hashem (Alabado Sea El) nos dice en Shemot 20, en donde advierte que El visitará la maldad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación. Esta es otra clave para saber cuando una oración será escuchada y contestada y cuando no.

La parashah de hoy es llamada Toldot, (generaciones) y es apropiado estudiar sobre el tema.

Los hijos justos de un justo son tratados por el Cielos como justos. Los hijos justos de un malvado, son considerados como malvados. Los hijos malvados hijos de un malvado son considerados como malvados y los hijos malvados hijos de un justo son considerados como justos.

Esta regla nos muestra que siendo Rivka, hija de un malvado, por culpa de su padre, ella no recibió atención en su oración, pero en cambio Ytzjak, un justo, hijo de justo, su oración fue atendida.

La maldad de los padres, Hashem las visita en los hijos hasta la tercera y cuarta generación, de eso no hay dudas. De ahí la importancia de mantenernos firmes en la Torah, para que la justicia que practicamos en virtud de la Torah misma alcance misericordiosamente y por ley a nuestros hijos.

Adicionalmente, el rezo de Ytzjak no era con una finalidad propia, como muchos hacen al orar o conversar con Hashem, la oración de Ytzjak Abinu, tuvo la intención de agradar y alabar a Hashem. Más aún, de exaltar Su Nombre, elevar un rezo en honor al Creador, pues con el cumplimiento de ese nacimiento el podría cumplir más mandamientos para agradar a Hashem. El común de nos los hombres sólo piden para sí, por sus necesidades, otras veces interceden, pero luego andan diciendo – estuve orando por ti -, entonces su esfuerzo fue inútil, pues a pesar de la intercesión, estaba buscando gloria y honra. Aún y cuando no lo dijera, siente que como es visto arrodillado por Hashem, su oración será atendida y no será así. Debe haber una abnegación y un desinterés en nuestras oraciones que sólo la honra de Hashem sea la exaltada.

Claro está en la Torah, en los versos leídos que Hashem atendió a su ruego, es decir al ruego de Ytzjak y no al ruego de ella. Esto corrobora mucho de lo dicho.

La lección fue aprendida. Ahora, Rivka embarazada, cuando sus hijos peleaban en su vientre, «rezó a Hashem». Reafirmamos lo aprendido. La súplica de Ytzjak fue para exaltar el Nombre del Eterno, oró a Hashem; ahora Rivka, nos muestra la Torah utilizando la misma expresión, ora a Hashem, esta vez fue para la Gloria de Hashem. Esto es lo que debemos aprender de Itzjak, cuando pedimos algo si es salud sustento o cualquier otro pedido, debemos pedir lo que queremos por el honor de Hashem, de esa manera es seguro que Hashem nos va a escuchar.

Basado en las enseñanzas del Rebe de Mezritch un jasídico, esto se trata de un nivel mucho más elevado en la manera que debemos rezar. Cuando uno reza por una falta fisica o material en este mundo, eso indica, que esta en falta en las esferas espirituales, y cuando su pedido es que se complete la falta espiritual, de esa manera se le completara la falta en este mundo. Por ejemplo si uno pide por razones de salud, debe pensar que su pedido es por falta de salud espiritual, y cuando eso se cumpla automáticamente se completará la falta física.
Del mismo modo cuando se trata de problemas economicos, debe pedir fortalecer sus sustento espiritual, de esa manera le llegara el sustento material también.
Nuestras oraciones no pueden surgir de nuestras bocas, y podría atreverme a decir que tampoco deberán salir de nuestros corazones, debido a que «el corazón del hombre es engañoso». Otro texto que recuerdo en este momento de escribiros, es el que está escrito en el Shemáh, Dev. 6:4-9, que dice, «… y pondrás estas palabras que te enseño hoy sobre tu corazón», vemos pues que no será colocadas «dentro», sino sobre nuestro corazón.
Así que entiendo hasta la profundidad que hemos podido alcanzar hasta este momento, que la oración deberá ser dicha desde el alma. Cuando es el alma la que implora, HaKadosh Baruj Hu, seguramente atenderá nuestro rezo pues proviene de un área nuestra que está meenos contaminada, en donde nuestras pasiones están reprimidas, que está siendo elevada con cada mitzvá (mandamiento) cumplida. Y ciertamente, las mitzvot procuran elevar al alma a otro nivel y no al cuerpo, el cual es sólo el templo del alma. Así el alma tiene un carácter más elevado ante el cuerpo y no sólo eso, sino que al fin del tiempo, ellas, las almas y no los cuerpos, son las que serán juzgadas por sus obras hechas o efectuadas (mandamientos cumplidos con fe). Esto no es doctrinal, es escritural y está claro para mi.
Imaginemos que estuviéramos en el desierto, y sin duda alguna requerimos del agua para sobrevivir. Deberemos excavar uno o más pozos por donde debe fluir agua que nos pueda sustentar del calor abrazador. Ahora bien, entendemos en el judaísmo, y como mis rabinos me enseñaron, que en cada quien, hay pozos que excavar con aguas atrapadas. El agua, desde el principio de la Creación, se entiende es un elemento de purificación. Esa agua entonces deberá ser liberada, y con ella purificarnos internamente. En la medida que esta fluya, su emanación irá limpiando y purificando cada parte de nuestro ser, incluso el físico, pero deberá empezarse por dentro y no desde afuera haciendo ejercicios.
Abraham abinu hizo lo mismo, nuestros patriarcas y ahora nos toca a nosotros, no sólo liberar esa agua, esa fuente de vida que está ahí y que se va revelando y manifestando a medida que la Torah va creando esos arroyos en nuestro interior, pues a diferencia de otras doctrinas, lo que la Torah genera en cada uno, deberá ser expandido a nuestro entorno, con la fluidez y la sabiduría que corresponde a una fuente de vida y agua clara como lo es la Palabra de Vida, la Torah de Hashem.
Las aguas que extrae el esposo y las que extrae la esposa debe ser para alimentar a la misma alma, pues no son un sólo cuerpo sino hasta que tiene su primer hijo; pero el alma de los dos, realmente son dos medias almas, las cuales si serán una sola al casarse, de ahí que él sea la cabeza y ella el cuerpo de esa alma. El alma reside en la sangre y esta es filtrada por el hígado y no en el corazón, por eso es raro escuchar decir -te amo con todo mi hígado-, pero es realmente el órgano que se encarga de que la sangre este pura.
Una de las labores de Abraham y así queda claro con su salida de Ur y con las 10 pruebas a las cuales fue sometido, fue la rectificación. La rectificación de que el mundo hasta ese momento estaba bajo las influencias de los astros, de la adivinación del futuro y por supuesto de la idolatría. Esa rectificación la hemos heredado todos los judíos y atendiendo a la instrucciones de Hashem, aplicamos la Torah en nuestras vidas diariamente, y si no, eso es lo que deberíamos hacer.
Así como Ytzjak tuvo que abrir los pozo que los filisteos cerraron, que originalmente habían sido abiertos por Abraham, ahora, con la autoridad que Ytzjak y el Pueblo de Israel en él representa, los pozos no podrán ser cerrados nuevamente.
Hubo tres pozos, que en las Escrituras, Ytzjak excavó. Estos están señalados pro eventos diversos en su vida. Estos pozos son ESEK, SITNA y REJOVOT, es decir, el nivel de comportamiento del alma, el nivel emotivo del alma y el nivel intelectual del alma, respectivamente.
Esek se manifiesta cuando hay confianza, sinceridad y veracidad, que son características naturales del ser humano y que no se aprenden, provienen de nacimiento, se manifiesta cuando está en acción el individuo. Este es el primer pozo que se cava. Esta área del alma es muy fácil de atacar por el Yetzer hará, la inclinación al mal, deberemos pues hacerle la batalla y vencerle.
En la medida que profundizamos en el estudio de nuestra alma encontramos otro pozo, la Sitná. Sus atributos son amor, temor y compasión. Aquí es donde las emociones reales penetran el alma. Lo más resaltante en este pozo es el odio. Obviamente aquí tendremos que hacer luchar para desarraigar el odio para que nos permita llegar con éxito a vencer el temor, lograr alcanzar el amor y la compasión.
Cuando profundizamos más, llegamos al nivel intelectual del alma, el Rejovot. Lo que llega a esta área del alma entra por el ojo y el oído y lo que perciben afectara en buena o mala manera los atributos de la sabiduría, el entendimiento y la comprensión. Cuando una persona alcanza a descubrir (abrir) cada uno de estos pozos y ha llegado a dominar cada área, habrá alcanzado un nivel de madurez espiritual muy grande y por lo tanto podrá llegar a elevar oraciones que trascenderán los cimientos del Cielo.
Estos pozos, como en la vida de Ytzjak, quien nos da esta enseñanza muy profunda tiene unas posibles traducciones en el hebreo, Esek (conflicto), Sitná (odio) y Rejovot (amplitud infinita)
Lo que procura esa superación del alma, paso a paso o «pozo a pozo», podríamos decir que está en Shalom, en Paz. Con el primer paso alcanzado y madurado se logra evitar los elementos o formas que puedan crear conflictos internos o externos en la persona o con otras personas. El segundo pozo eliminar el odio que le permite a la persona alcanzar los sentimientos más sublimes en su forma más natural y el tercer pozo excavado nos permite alcanzar la abundancia y las conexión con Hashem para lograr las bendiciones de la prosperidad que nos permite vivir con la suficiente comodidad como para no estar preocupado por nada material.
Sólo cuando alcanzamos por medio del cumplimiento de las mitzvot, asemejarnos al varón perfecto, nuestro Señor, el Verbo encarnado, Yeshua nuestro Mashiaj, estaremos abriendo el camino para lograr no sólo las rectificaciones necesarias, sino que seremos dignos partícipes de las bondades que Hashem tiene para todo aquel que le ama y guarda sus mandamientos.

Shabat Shalom,

Rav Janoj ben Abraham
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